miércoles, 13 de junio de 2018

La Biomedicina, una Ciencia en crisis de Paradigma


Más del cincuenta por ciento de los 576  científicos encuestados  en un estudio sobre LA CRISIS DE LA CIENCIA  contestaron que SÍ HAY CRISIS. La pregunta es ¿cuándo comenzó a notarse esta crisis?, pues hace ya 20 años que el investigador británico Douglas Altman  publicó en la revista médica inglesa B.M.J  que  “SE NECESITA  MENOS VOLUMEN DE INVESTIGACIÓN PERO DE MEJOR CALIDAD  Y CON OBJETIVOS ÚTILES  MAS  ADECUADOS”. El Médico Emérito Gaietá Permanyer-Miralda  cardiólogo e internista del Hospital Vall d´Hebron  de Barcelona hizo  una revisión de la práctica clínica de las últimas décadas en una entrevista con motivo de su  jubilación. Desde la óptica de su dilatada experiencia  se refirió con tristeza  a  este asunto aludiendo  también a Douglas Altman  diciendo que “esta declaración lapidaria que se hizo en el Reino Unido hace más de veinte años tiene todavía sentido para nosotros”.

Según recoge Pub-Med  en una publicación, el 85% DE LA INVESTIGACIÓN ESTARÍA DESPERDICIADA. De cien estudios, cincuenta no se publicarán en su totalidad, de los cincuenta restantes, la mitad no cumplirán los requisitos necesarios para su correcta interpretación y de los 25 que quedan, solo la mitad (unos 12) no tendrán defectos (de ahí el desperdicio de investigaciones). Esto es muy asombroso y lamentable pues una industria tan importante y tan ineficiente es imposible de encontrar en ningún otro sector  de la actividad económica.

El físico Thomas Kuhn nos explica que tras una revolución necesaria el ciclo empieza de nuevo y el paradigma vencedor da pie a un nuevo proceso de ciencia formal. El paradigma actual imperante en la ciencia se ha mantenido desde hace siglos hasta ahora pero empieza a reconocerse que hace crisis.
El físico y matemático Sir Roger Penrose  habla de los paradigmas como teorías que son aceptadas de forma general por la comunidad científica a partir de las cuales se realiza la investigación. A veces, dice, los paradigmas no resuelven todos los problemas y persisten junto a otros emergentes, en ese caso algunos empiezan a ponerse en cuestión por si se requiere abandonarlos. Las crisis suponen la proliferación de nuevos paradigmas que mediante una revolución final, hace sustituir un paradigma por otro.

Después de este prólogo aclaratorio plasmaré aquí las ideas que el doctor James Le Fanau nos  ofrece en  una de sus numerosas publicaciones: Tras la segunda guerra mundial, una serie de innovaciones  y descubrimientos parecía que estaban produciendo una gran revolución científica, pero hay una naturaleza fundamentalmente empírica y azarosa en los avances  que fueron más que descubrimientos un producto del genio científico, un regalo de la naturaleza. Parecía que pasados los años ochenta sería posible una explosión de descubrimientos e innovaciones  sin embargo  en los últimos cuarenta años  no se han dado, a pesar de la gigantesca inversión, (no es malo mencionar aquí el ejemplo de cómo se descubrió la penicilina por un hongo que cayó por casualidad en una placa de cultivo en un laboratorio).




La Revolución Científica Ilustrada se basó en principios reduccionistas simplificadores que seguían una línea causa efecto. La mayoría de las otras ciencias han superado ya estos principios y han realizado una evaluación de sus conocimientos básicos (epistemología) en las últimas décadas, mientras   la biomedicina aún no lo ha hecho. Hay anormalidades cada vez más frecuentes  inexplicables  con esta perspectiva actual socialmente elegida por la ciencia.  Nuestro investigador el doctor Ramón Trullás afirmaba a este respecto que se da la paradoja que se invierte mucho dinero en trasladar o aplicar (a la clínica) conocimientos que aún no hemos adquirido .Se lamenta el doctor de que no se invierta suficiente en investigación básica.

Probablemente, según fuentes consultadas, estamos ante un PERÍODO DE INESTABILIDAD PREVIA A LA APARICIÓN DE UN NUEVO PARADIGMA PARA LA CIENCIA BIOMÉDICA. La genómica  por ejemplo está chocando con  una complejidad inesperada.
El doctor James Le Fanu con su prosapia inglesa asevera que ahora sabemos mejor lo que no sabemos, los avances de los últimos años nos ha hecho creer que nuestra comprensión intelectual de los hechos es mayor de la que realmente es.

La industria farmacéutica es la que más ha sufrido con la crisis del paradigma genético, por mucha inversión realizada no sale  de su crisis de  innovación  según creen sus críticos,  intenta compensarla desesperadamente con marketing complejo y la manipulación de la evidencia. Menos del UNO POR CIENTO de los nuevos medicamentos en los últimos treinta años aporta algo nuevo sobre los anteriores (EXCEPTO SU ALTO PRECIO).El gasto creciente en estos productos farmacológicos  secuestra miles de millones de los recursos públicos que podrían destinarse a otras políticas de salud con interés general (¡HOY DIA APENAS SIN PRESUPUESTO!).  No es un secreto que algunos grandes laboratorios  han anunciado su retirada de la investigación de enfermedades neurodegenerativas como son el alzheimer y parkinson  y según han declarado, lo hacen  POR AUSENCIA DE RESULTADOS.

La ciencia biomédica clínica y la investigación farmacológica figura EN LOS ÚTIMOS PUESTOS DE CREDIBILIDAD EN TODOS LOS CAMPOS DEL CONOCIMIENTO, debido a un excesivo número de experimentos positivos (ESTO INCLUYE EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA Y DE LA PSIQUIATRÍA).
Se deduce, según los expertos, que el nuevo escenario será el de la ”complejidad”, se trata de mirar con nuevos ojos, con otros filtros u otras lentes , ya dijo Ortega y Gasset que la perspectiva no altera la realidad sino que la organiza. Según se lee en la NEMJ (la revista médica inglesa)”se vuelve a un holismo de redes complejas que podría hacer entender la ciencia tanto a nivel micro como macro”.

Paralelamente en el escenario de la clínica (la atención a pacientes), también hay revolución crítica  pues desde los años 90 se ha pretendido convencer a médicos y científicos que la medicina podía ser estandarizada y con ello se aseguraría su calidad. Esta NUEVA medicina del futuro se bautizó con el nombre de  MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA. Básicamente una gran base de datos reuniría estudios y meta-estudios analíticos y estadísticos de todo el mundo, que posteriormente analizaría un nutrido grupo de científicos (La institución Cochrane por ejemplo) para  establecer unas guías de uso clínico internacional para pacientes. Hasta hoy la idea parecía la panacea pues el médico solo tendría que encasillar a cada paciente en uno de esos grupos estadísticos de enfermos estudiados y aplicarles el protocolo de tratamiento establecido. Todos deberían hacer lo mismo y utilizar los mismos criterios (los mismos protocolos de tratamiento), pero otra vez la “COMPLEJIDAD” y la propia singularidad de cada ser humano hace frenar y tambalear a esta joven iniciativa, hasta el punto de tener que replantearse su futuro, pues  “no hay enfermedades sino enfermos”. El doctor German Barrios es profesor emérito y jefe de la cátedra de Epistemología de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), nos explica con claridad esta problemática y nos ofrece   algunas de sus ideas y reflexiones sobre  M B E. Hay poca “evidencia” disponible (dice el doctor) que demuestre que estos principios de la MBE tiene ventajas  estadísticamente significativas sobre el viejo sistema al que quiere remplazar (un sistema basado en la experiencia médica, en la autoridad y en el efecto placebo generado dentro de la relación médico paciente). Por tanto se está pidiendo a los médicos  que abandonen los sabios consejos de su propia experiencia y seguir ciertos dictados estadísticos impersonales, sin que exista una base real de “evidencia” , solo porque lo dicen estadísticos, teóricos, manager, empresas creadas para tal efecto y capitalistas inversores(actores todos que, precisamente, aspiran a beneficiarse económicamente de la MBE). Ha nacido una MBE como justificación conceptual a posteriori para lo que ya era el nuevo y obvio negocio de la construcción y venta de información clínica. La industria farmacéutica apoya estas maniobras  ya que tempranamente se dio cuenta que los fármacos que pudieran “pasar” los test meta-analíticos, adquirirían un respaldo ético y legal novedoso, particularmente si se persuadía a los gobiernos a difundir Guías Clínicas de Prescripción.

Si hablamos de los enfermos, el mapa actual dibuja una situación difícil de afrontar con esta M.B.E pues el  20% de adultos mayores sufre cinco enfermedades crónicas o más, y el 50% de los adultos mayores toma como mínimo 5 fármacos. Muy pocas guías pueden dar información para estos pacientes con varias enfermedades crónicas coincidentes con poli-medicación (como se ha estudiado ya formalmente, por ejemplo, en el Reino Unido y en España).UN ESTUDIO REVELÓ QUE MENOS DEL 30% DE LAS DECISIONES QUE TOMAN LOS MÉDICOS LO HACEN CON BASE A DICHA EVIDENCIA. ¿Cuáles serían las limitaciones de la llamada M.B.E.? Primer límite , según el irrepetible doctor John  Ioannidis  (al que dedicamos anteriormente un artículo en exclusiva) asegura que la mayoría  de los  resultados de investigación en la mayoría de los campos son falsos, INDEPENDIENTEMENTE DE SU METODOLOGÍA, se acumulan sesgos evitables y otros QUE NO LO SON (que no pueden ser evitados).Tenemos en marcha pues una nueva crisis de DESCRÉDITO Y DESCONFIANZA POR IRREPRODUCIBILIDAD  EN LOS RESULTADOS, sin que el meta-análisis sea algo que atraiga la vocación de muchos científicos como el doctor John  Ioannidis . El segundo límite  de esta MBE es que concede un bajo nivel de evidencia a la propia experiencia del médico (cosa increíble) y no incorpora en su metodología los intereses del paciente, así pues los deseos de este no cuentan en la elección de alternativas de tratamiento. El conocimiento estandarizado no tiene  por qué encajar con los intereses del paciente. El tercer límite  muy complejo también, es que los médicos no tienen el suficiente conocimiento estadístico (no pueden por tanto valorar la calidad de un estudio, ni disponen del tiempo necesario), por tanto no pueden encajar las estadísticas en el interés particular del paciente, por este motivo se ha estudiado el nivel de conocimiento estadístico que el médico medio debería tener, en cualquier caso no todos podemos llevar el mismo número de calzado ni la misma talla de pantalón. 

Por todo lo anterior se toman DECISIONES DURAS CON EVIDENCIAS BLANDAS, ¡con una falsa certeza! Según los estudiosos de este problema, lo importante en la práctica médica es el juicio clínico, razonamiento práctico que permite adaptar los conocimientos y la experiencia a cada caso, el enfermo y la enfermedad no van separados. La medicina basada en la evidencia sufre una crisis dentro de otra general que es la crisis de la ciencia biomédica. El doctor y científico Andrea Saltelli  fue entrevistado en Barcelona y  afirmó que entre los motivos más evidentes de la crisis de la ciencia es que la ciencia no se pensó para el mercado pero hoy día es una mercancía que se paga un buen precio por ella y por eso la calidad desaparece.

Se ha publicado que se hacen “ensayos de medicamentos destinados a países ricos en personas de países pobres  (MÁS PERMISIVOS) que no los van a poder utilizar por su alto precio”. Según el doctor Antonio Ugalde profesor de sociología en la Universidad de Austin Texas,  esta situación, al final, beneficia paradójicamente a los enfermos de países pobres, pues al no poder comprar los medicamentos, no malgastaran sus recursos en marketing  sin valor  que no les servirá en absoluto para nada.

De los 17 millones de investigadores, 7 millones se dedican a biomedicina (donde se supone que hay mucho dinero a ganar) poniendo en marcha una maquinaria  productiva que  cada año produce UN MILLÓN de estudios, irrelevantes en su mayoría, que hacen mucho ruido y dan la sensación de avanzar en  ciencia. De cuando en cuando se hacen declaraciones entusiastas y promesas en los medios de masas que de antemano se sabe que no se pueden cumplir, como la erradicación del cáncer de mama. Todos recogen su beneficio mercantil: revistas científicas con sus editores al frente, las universidades con sus gerentes y rectores, la legión de investigadores con sus jefes al mando,  la industria  farmacológica, las sociedades  científicas,  los  facultativos, políticos…todos con una visión mercantilista y utilitarista que  olvida al paciente. Se malgastan 200.000 millones de dólares año en investigación que no se puede REPLICAR  ni hay interés en hacerlo según se lamenta el científico John  Ioannidis. El problema es dantesco, los investigadores se ven a sí mismos como un ejército de esclavos que trabajan para el beneficio de las editoriales que imponen sus condiciones tiránicas.  Otro asunto es  ¿cómo gestionar y filtrar esa enorme masa de datos?, los periodistas científicos no llegan a digerirlo y por tanto no se puede hacer periodismo científico sino que se ”vomita” información inútil en todos los medios con gran desmesura.  

Por otro lado reconocemos que hay problemas que no alcanzamos a solucionar con la ciencia, se le denomina TRASCIENCIA y que lejos de alcanzar el punto de máxima salud, lo que ocurre es que nuestros  problemas son cada vez menos sensibles a las actuaciones médicas y a los fármacos, muchos piensan que la biomedicina es una fruta madura que ya ha dado todo lo que podía. Es también un hecho que la ciencia ya no nace del deseo genuino de crear  un conocimiento para la humanidad,  sino que después de crearse los estados modernos la ciencia se convirtió en un arma de dominio, perdiendo la legitimidad y  la calidad. La confianza y la seguridad que inspiraban los científicos se están erosionando. Imagínense por ejemplo, el daño que  han hecho las azucareras AL FINANCIAR ESTUDIOS CIENTIFICOS SOBRE LAS GRASAS PARA APARTAR LA MIRADA DE LA CIENCIA  DEL VERDADERO PROBLEMA METABÓLICO QUE ES EL AZÚCAR (de hecho muchas personas evitan las grasas en su totalidad cuando el problema lo tienen en el azúcar y los cereales). Para defender la ciencia dice el doctor  Saltelli  has de ser crítico…  ¿por qué  pagar por una ciencia de mala calidad?”, (no lo haríamos en ningún otro producto o servicio del mercado).


En conclusión la medicina de familia tendrá que lidiar e intermediar entre los avances tecnológicos  y biomédicos que tratan de imponernos  y el nuevo escenario de la complejidad, tendrá que poner límites a las evidencias estadísticas y a las guías y protocolos generales. La filosofía es una de las herramientas a emplear para comprender la complejidad y discernir lo que nos conviene a   cuando enfermamos (pues somos personas a la vez que enfermos). Los pacientes usuarios  deben tomar la responsabilidad de expresar sus deseos compartiendo con los facultativos los riesgos y las incertidumbres de sus tratamientos y de las recomendaciones. Cuando su médico le diga que le va a tratar  según los protocolos y la mejor MBE, respire hondo, sonría y hágale saber que  desea ser  tratado, sobre todo, en base a su  experiencia  profesional, su ojo clínico y su buen juicio antes que con guías y protocolos generales estadísticos (no hay que confundir a las personas con la estadística).También es importante que su médico sepa cuáles son sus prioridades a la hora de comenzar un tratamiento. Si ha de tomar un fármaco de los llamados preventivos, también los que se les concede un supuesto beneficio (subrogado), de los que se recetan para  disminuir riesgos, debe preguntar SI HAY ESTUDIOS CONVINCENTES QUE ACREDITEN SU UTILIDAD PARA DICHO RIESGO. 



También debe asegurarse de entender cuál es el NNT, número necesario de personas a tratar con un medicamento para que una de esas personas se beneficie de la pretendida  prevención, hablando siempre de un número concreto de años de duración  del tratamiento. Por ejemplo el NNT  de la vacuna de la gripe es 71  que quiere decir  que tiene una oportunidad entre 71 de que la vacuna le haga el beneficio esperado,  pero  a cambio se expone también a efectos desagradables, en ocasiones graves, de los que debe ser informado ya que en raras ocasiones compensa el daño sobre el beneficio de ciertos medicamentos preventivos (porque usted los toma estando sano). Otro ejemplo, el NNT de las pastillas del colesterol es 250  personas durante 5 años para beneficiar a una sola(a medida que la persona cumple años sube el número y por tanto hacia los 70 años casi no hay beneficiados). Con respecto a  las mamografías  para diagnóstico precoz del cáncer de mama, es preciso hacer 20.000 mamografías para beneficiar a una mujer (2.000 mujeres estudiadas durante diez años consecutivos para beneficiar a una en ese periodo de tiempo).(Esta técnica tiene también daños y riesgo de cáncer en sí misma). En la vacuna del papiloma humano el  NNT es de 9.088  niñas   vacunadas necesarias  para evitar un cáncer, no una muerte (que de producirse lo haría 30 años después, según estudio canadiense), con un coste de 3 millones de euros. Para prevenir  3 fracturas de cadera con medicación preventiva de osteoporosis   el NNT es 300  con un tiempo necesario de tratamiento de cinco años, como contrapartida se producen  dos  trombosis  en dos de esos trescientos pacientes (puede elegir entre la fractura o la trombosis  y otros efectos graves).  Por supuesto que cada meta-análisis consultado  arrojará  resultados diferentes, sobre todo cuando se consultan los realizados bajo  “conflicto de intereses”. Cada cual le argumentará con aquel estudio   que  se ajuste más  a su opinión  e interés (es por eso que estamos hablando de crisis de método analítico en la ciencia). Debe preparar  su visita médica anotando sus  preguntas   como lo hace cuando va a un banco a pedir un crédito y desea saber el interés, plazos, años problemas… ¡tómese tiempo para  pensarlo! , después de todo  se  trata de su salud  que es lo más importante,  ¿verdad?

Por otro lado, para finalizar me pregunto, ¡DIOS MÍO!, ¿Qué pasara cuando una cantidad suficiente de la ciudadanía se percate del daño que se está haciendo a la ciencia por  error  y por   codicia de los que la controlan y  la manipulan   fabricando resultados  “a la carta”?  .
Urge cambiar la ciencia para cambiar el mundo, o mejor dicho, para que el mundo cambie hay que cambiar la ciencia.

¡A su servicio!             
                           
               
Juan Carlos Fernández Salamanca


viernes, 1 de junio de 2018

Juan Hidalgo Caballero y yo

Como pueden suponer es más fácil hablar de los demás que de uno mismo y cotidianamente somos también nosotros mismos los que nos engañamos con más frecuencia. Damos por cierto o podemos entender, que quien aprende a dominarse dominará su mundo. Quizá por todo esto Juan Hidalgo Caballero aspira a poner orden en su espacio, el habla de mí y yo de él, es posible que quiera imponerse a mí , o yo me mire en él, que sea mi yo ideal o un yo idealizado, en definitiva el que aspiro a ser. Tal vez al tiempo yo me sirva de él para explicarme, proyectarme fuera y conocerme a mí mismo, en cualquier caso no importa mucho pues lo interesante es aprender y disfrutar de esta experiencia que comienza aquí.

Juan hidalgo Caballero encarna la utopía, le mueve el afán por arreglar el mundo en que vive defendiendo aquello en lo que cree contra viento y marea. Es alguien compasivo capaz de sentir ternura por el débil o por el ignorante. Se odia a sí mismo y siente impotencia cuando piensa que ha fallado al que sufre injusticia o dolor y cuando traiciona sus ideales. A pesar de los riesgos, actúa con optimismo, valentía moral e independencia, sin ignorar las posibles consecuencias, es por ello que a veces pasa ratos de euforia o de temor. 

Nuestro personaje no se conforma con lo que es ni con lo que ya posee sino que tiene vocación de servicio público, gusto por mejorar en lo personal y prosperar explorando otros mundos. Es perseverante, no se da por vencido con facilidad pues sabe que esta es una debilidad que no se puede permitir un caballero hidalgo. Tira de ingenio, motivación y prosa para suplir sus carencias. No tolera la injusticia, faltar a la verdad o el engaño, procura apreciar y valorar a las personas con las que trata ya que sus cruzadas son el honor, la dignidad, el respeto y la equidad social. Por encima de todo es un ser humano comprensivo y sensible que sabe reconocer y admirar las virtudes de los demás por encima de las propias, esto en ocasiones le lleva a menospreciarse o sufrir periodos de cierta paralización y pesimismo.

De este don Juan Hidalgo digo, pues bien lo conozco, que es:

Un “desfacedor de entuertos”
y esforzado defensor del desfavorecido,
que al tiempo se siente caballero y villano,
noble señor y mendigo,
vencedor y vencido,
cuerdo y sin sentido 
pero feliz de haberlo sido.

Porque….pienso yo ¿qué es el ser y la vida
sino el sueño o un delirio
cada día vivido?
Queremos ser y tal vez ya somos,
¿o tal vez fingimos serlo?,
¿anhelamos el poder o lo tenemos?
¿nos dirigimos a nuestro destino o somos llamados?
¿creamos las oportunidades o las atraemos?

¿Acaso nos pertenecen los pensamientos?,
¿es nuestro el conocimiento?
¿dónde nacen nuestros inventos?
¿alcanzamos lo que podemos ser
o sin saberlo lo somos?

Al perder la vida se ganan los recuerdos 
¿o es necesario vivir para tenerlos?....

Quizás este testimonio vital sirva aquí de consuelo:
Nacemos y morimos en el mismo día y cada día es una nueva vida y un nuevo sueño, PERO SIENTO QUE NO CAMINO SOLO, ni siquiera durante la noche, dominio de lo incierto, oscuridad que desvanece las distancias y el tiempo, y tampoco al despuntar el ansiado día PUES ALGUIEN ME GUÍA con paciencia  infinita, siempre en silencio para no confundir mi pensamiento.



Pero ¡dime algo Señor mío!, 
que tiemblo y tengo frío estoy triste y tengo miedo al desafío. 
¿Qué hago ahora con esto, debo permitir aquello? 
¿qué es lo que esperas de mí, por qué me buscas? 
¡Cuida de mí!, que apenas llego a ser un niño “con los pies descalzos”…. (lágrimas , suspiros) 
Otro día que pasa, 
mañana habrá otro día. 
¡POR HOY YA BASTA!

Así pasa la vida de Juan Hidalgo Caballero de allá para acá en un sinvivir inquieto, en un sin saber, en oración constante. Es un sufridor que habita un mundo de incertidumbres que tal vez necesite más de la fe y la esperanza que de las certezas.

Una tras otra trascurren sus numerosas empresas entre venturas y desventuras. La gran colección de libros que ha leído nuestro protagonista, a cerca de geniales caballeros que han hecho historia, son parte principal de su alimento vital. Son tantos los relatos que ha oído, tantas sentencias, tantas experiencias compartidas y en fin son tantas las enseñanzas, que apenas puedo recordar algunas, pero sé que a cada uno de esos maestros debo algo valioso: La fuerza y la motivación de sus ideas que me han acompañado en el camino hacia mi futuro.



Aunque menos han sido las dichas que las decepciones, el optimismo innato, cierto grado de estoicismo y la actitud positiva han llevado siempre en dirección ascendente la vida de Juan Hidalgo. Cada una de las experiencias de la vida me ha ido puliendo un poco como una talla de madera, pero hasta el final no sabré cuán bueno será el resultado porque NO SOY EL ARTESANO SINO LA MADERA. Lo que sí creo que debemos PEDIR (pues se nos dará) alto y claro son nuestros deseos para así atraer las experiencias y a las personas consonantes con ellos. Los buenos e intensos deseos, los legítimos, son el arma creadora que activa los pensamientos positivos, y la imaginación es una herramienta de estos, juntos crean una gran energía capaz de hacer realidad los sueños, puede ser imán o reflejo de lo bueno y lo malo, PARA LO GRANDE O LO PEQUEÑO, ¡ojo pues, con lo que pensamos y deseamos!

Todas estas preguntas, no se apuren, las ha de responder desde su entendimiento Juan Hidalgo Caballero, pero como les he dicho no busquen certezas, no las hay, pues no son para el hombre, ni de este mundo, que en su lugar nos brinda la fe y la esperanza.