El 5 de abril de 1722 unos marinos holandeses arribaron a una pequeña isla en el Pacífico Sur de solo 25 kilómetros de largo, situada a 3.526km al este de Chile, la bautizaron como Isla de Pascua, pues eran fechas de nuestra festividad religiosa de primavera, curiosamente no se conoce otro lugar más aislado en el mar.
Si recorremos la isla en la actualidad llegaremos a un punto donde veremos una “pequeña placa” en portugués que data de 1965 justo en el lugar donde se recogería el todavía anónimo tesoro de RapaNui, se trata, lo digo sin más demora, de la bacteria ESTREPTOMICES HYGROSCÓPICUS recogida por azar en ese año dentro unas muestras de tierra bajo uno de los moais.
Fue ¡EL GRAN COMIENZO! de una larga cadena de revolucionarios avances científicos que transcurrirían durante las décadas subsiguientes hasta nuestros días. No han faltado expertos que piensen que ya es hora de construir otra placa conmemorativa enorme traducida a todos los idiomas para que este lugar no quede en el olvido. Pero ¿por qué se tomaron estas muestras de tierra al azar? Pues ocurrió que el gobierno chileno, soberano del territorio, quiso construir un aeropuerto allí para hacer llegar el turismo y el progreso, no sin oposición de los nativos que iniciaron protestas y revueltas no cruentas. La misión fue encomendada a expedicionarios que se trasladaron allí en un buque de bandera canadiense, un equipo biólogos de a bordo encabezados por Georges Nogrady tenían la orden de recoger todas las muestras posibles de microrganismos autóctonos antes de que se iniciara la construcción del aeropuerto.
Cuando el farmacéutico se percató de que esta bacteria segregaba un compuesto defensivo que mataba a los hongos lo llamó RAPAMICINA en honor a RapaNui, y lo propuso como antimicótico (un antifúngico para infecciones por hongos). Desafortunadamente en 1983 se clausuró el laboratorio canadiense responsable de la investigación y le ordenaron terminar con el proyecto. Por fortuna el doctor Suren no lo hizo, sino que guardó una muestra en su nevera con una etiqueta que decía: “no comer”. En 1987, ya en su nuevo laboratorio de Nueva Jersey, el tozudo doctor retomó su trabajo con la Rapamicina y en esta ocasión se sorprendió de que era también un muy buen INMUNOSUPRESOR, esto lo ponía en el punto de mira de la investigación en aquel momento porque precisamente se necesitaba deprimir el sistema inmune para evitar el rechazo tras los trasplantes de órganos. La Rapamicina no aumentaba el riesgo de cáncer como el resto de los inmunosupresores conocidos en la época, sino que ¡REDUCÍA EL RIESGO DE CÁNCER, PREVENÍA UNOS TIPOS Y PODÍA CURAR OTROS!
En 1998, por una paradoja del destino, el
doctor Sehgal desarrolló un cáncer metastásico de colon y no pudo resistir la temida
quimioterapia, le pronosticaron solo seis meses de vida. Comenzó a tomar Rapamicina
para experimentar con su propia enfermedad y al tiempo convencer a los
laboratorios de que iniciaran ensayos clínicos en tumores cancerígenos (sorprendentemente
nuestro heroico doctor consiguió sobrevivir cuatro años más). Según el
testimonio de su hijo Ajai Sehgal (director de análisis de la clínica Mayo), su
padre dejó de tomar el medicamento para asegurarse de que su mejoría se había
debido a ello, y lamentablemente murió poco tiempo después de suprimirlo. Según
relata Ajai, su padre estaba escribiendo un artículo sobre el cáncer hasta el
día antes de morir y le hizo esta confesión: “la mayor estupidez que he
cometido es dejar de tomar la Rapamicina”, pero ¡era un científico!, apostilló
Ajai.
En 1999 la administración de salud americana
(FDA) aprobó la Rapamicina como inmunosupresor (con el nombre comercial de
SIROLIMUS) y las ganancias para los laboratorios beneficiados de su
comercialización han sido millonarias hasta la fecha, en la actualidad también
está aprobado su uso como un tratamiento contra el cáncer.
Verdaderamente
era un hombre notable nuestro buen doctor Sehgal y muy importante su
contribución a la medicina, y aunque todo lo relatado ya tiene grandísima trascendencia,
es impresionante ver el impulso a la biología que se ha venido manteniendo desde
ese “primer paso”. El streptomices hygroscopicus se ha posicionado como la
gallina de los huevos de oro, pues la Rapamicina (“el buen veneno que segrega esta
bacteria”) también ha demostrado el PODER DE PROLONGAR LA VIDA, por lo menos en
pequeños organismos y en ratones, incluso se ha podido REJUVENECER a ratones ya
VIEJOS. Por tanto, esta molécula proteica se ha convertido en el primer fármaco
para aumentar la longevidad que se conoce en la actualidad, si no fuera por su
toxicidad la Rapamicina podría convertirse en la “fuente de la eterna juventud”
presuntamente anhelada por nuestro conquistador Ponce De León, pero de momento es
un arma de doble filo a la hora de dosificarla a largo plazo en personas sanas.
Quizás se pudiera modificar químicamente para evitar así el problema, pero aún
es pronto para eso. Otra opción que se investiga exhaustivamente es la
identificación de “RAPALOGOS”, moléculas que imiten los efectos de la
rapamicina sin el inconveniente de la toxicidad.
Los científicos se apresuraron a descubrir cómo funcionaba la rapamicina y pronto se percataron de que esta se fija a una particular proteína inactivándola, BLOQUEANDO ASÍ EL CRECIMIENTO CELULAR, es decir, que el sitio “diana o target” de la rapamicina recibe el nombre de TOR. Su descubridor, Michael Hall, se dio cuenta en 1991 que TOR estaba presente en casi todas las formas de vida, incluyendo microrganismos tan pequeños como las células de levadura.
Según explica el doctor Hall la función de TOR es REGULAR EL CRECIMIENTO CELULAR:” dicho sencillamente es lo que nos hace crecer cuando comemos, cualquier situación en la que hay crecimiento celular está regulada por TOR en respuesta a la disponibilidad de nutrientes, incluso en el trascurso de la enfermedad de cáncer activo (que es un crecimiento celular indebido). Con TOR se ha producido un cambio en el paradigma de la biología pues creíamos que el crecimiento celular era un fenómeno no controlado activamente”, afirmó Hall.
Dejemos a un lado ahora la rapamicina y fijemos
la atención en la recién llegada a nuestro conocimiento mTOR. Cuando no hay disponibilidad
de nutrientes la proteína quinasa mTOR se silencia para detener el crecimiento
celular, es “como un interruptor en OF”, explica D. Sabatini. Es obvio que sin
este mecanismo regulador las células morirían en su intento de reproducción al
no encontrar nutrientes disponibles para ello. En ausencia de nutrientes mTOR
se inactiva y la célula recibe la orden de resistencia, reparación y reciclado
de proteínas viejas construyendo con estas otras nuevas. Durante el período de
silencio de TOR se da paso a una prodigiosa función natural llamada AUTOFAGIA,
todo un proceso esencial de reparación de daños donde las células viejas(SENESCENTES)
que ya no hacen su función se descomponen y se reciclan sus orgánulos periódicamente
como un “control de calidad”. Como se habrá percatado usted, la importancia de
la rapamicina radica en que puede bloquear a mTOR a voluntad cuando lo
necesitemos, sin olvidar que nos condujo al descubrimiento del mecanismo de
control del crecimiento celular.
El doctor Yoshinori
Ohsumi fue recientemente galardonado con el premio Nobel de medicina 2016 por su
“descubrimiento de los mecanismos de la autofagia” lo que da una idea de la
importancia de este fenómeno celular que es otra de las esenciales funciones
reguladas por mTOR. En la actualidad Figuran en las quinielas los nombres de
Hall y Sabatini como posibles aspirantes al Nobel por el descubrimiento de TOR,
¡merecido lo tienen también!, ¡ya lo veremos!
Las células viejas
SENESCENTES que han escapado a la AUTOFAGIA quedan en periodo de latencia, y a
medida que crece el número de estas células (zombis) producen daños a los tejidos
circundantes perturbando su funcionalidad (son también liberadoras de CITOCINAS
proinflamatorias). La acumulación de células senescentes ocurre en el proceso
de ENVEJECIMIENTO, se propicia por DESCENSO de la autofagia y la DISMINUCIÓN en
la intensidad de la reparación celular, de ahí la importancia de tener bajo
control a mTOR para que se efectúe una mayor autofagia. Distintos laboratorios están
trabajando para ofrecer soluciones farmacológicas al problema de la SENESCENCIA
CELULAR pues hay graves enfermedades donde estos fármacos podrían aliviar, como
ya se ha demostrado en algún caso particular. Un ejemplo de FÁRMACO SENOLIÍTICO es el D+Q cuyo
reporte positivo ha sido publicado por la Clínica Mayo mediante un paper en Pub
Med septiembre 2019. La rapamicina ha demostrado ser SENOMÓRFICA pues evita los
vertidos de citocinas inflamatorias a los tejidos, pero no elimina las células
senescentes. Los primeros senolíticos que aparecerán irán dirigidos a tratar
enfermedades, seguramente le seguirán otros para PREVENIR EL ENVEJECIMIENTO, pero
mientras tanto podemos probar ya con mucha seguridad los polifenoles senolíticos
propios de las plantas, la QUERCETINA (un buen antiviral y antihistamínico) es
el mejor candidato por ser parte integrante del mencionado medicamento D+Q. Hay
otros más también disponibles de venta libre sin receta como la FISETINA y la CURCUMINA,
sin olvidar a la ESPERMIDINA que ha tenido un reporte exitoso en longevidad editado
por Science Daily de la Universidad de Texas el 21 abril del 2017(una buena
razón para seguir tomando queso manchego rico en espermidina, y rechazar el
fresco o el de untar).
Otras
importantísimas investigaciones actuales relacionadas con mTOR y la autofagia
se centran en el cáncer, la epilepsia, el alzhéimer, párkinson y otras
enfermedades degenerativas relacionadas con la vejez, ¡impresionante!
El terreno
está abonado desde 1935 cuando Clive McCay con su equipo hicieron una
investigación en ratones donde descubrieron que reducir las calorías ingeridas
por los roedores, lo que se llama Restricción Calórica ALARGABA LA VIDA DE
ESTOS ANIMALES EN UN 50%, este hallazgo marcaria un referente en la investigación pues
era el único indicio conocido que indicaba que el envejecimiento y los años de
vida útiles SON MODIFICABLES, el fenómeno se repite tanto para gusanos , moscas
de la fruta o levaduras.
Nuestro investigador
cordobés Rafael de Cabo, director del instituto NIA en los EE. UU. es un
referente en el estudio del envejecimiento y la salud, una de sus muchas publicaciones
es la de Springer Sature 17 de enero de 2017 donde concluye que” la restricción
calórica en monos Rhesus mejoró su salud y la supervivencia”. En 2018 el investigador
español publicó u paper en pubMed que concluyó: “el ajuste del tamaño y la
frecuencia de las comidas han surgido como herramientas poderosas para mejorar
y posponer la aparición de enfermedades y retrasar el envejecimiento”.
Los chinos
hace tiempo inmemorial que recomendaban levantarse de la mesa cuando notaban
estar llenos al 80%. Algo debió aprender también en su azarosa vida, de acá
para allá, Miguel de Cervantes Saavedra pues en su inmortal novela se puede
leer que don Quijote le dice a Sancho: “Sancho amigo, come poco y cena menos,
que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago”. Generalmente
la dieta mediterránea se ha considerado que fue y debiera ser “frugal”, como lo
afirma Miguel Ángel Martínez-González autor principal del estudio Predimet y
Predimet plus.
Según el
conocimiento acumulado, el aumento de la longevidad está ligado a la
disminución del crecimiento y el metabolismo celulares que de momento debemos y
podemos conseguir deprimiendo las VÍAS DE DETECCIÓN DE NUTRIENTES, el primer
paso es ajustar la dieta.
Se vincula a una mayor longevidad la reducción
de la insulina mediante la reducción de hidratos de carbono como los CEREALES Y
EL AZÚCAR. La insulina es uno de los detectores de nutrientes más conocido que
se activa también con el exceso de proteínas en la dieta, pero NO detecta la
presencia de grasas, ESTO NOS PERMITE CONSUMIR MÁS GRASAS SALUDABLES SIN QUE
AUMENTE EL RIESGO DE OBESIDAD, DIABETES, CÁNCER O ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR. La
insulina no solo permite la entrada de glucosa a la célula, sino que es
importante para la síntesis de proteínas, el almacenaje de grasa, el
crecimiento o la división celular, en virtud de ella la especie humana ha podido
crecer cuando hay alimento y dejar de crecer cuando no lo hay. Sin embargo, los
niveles altos de insulina y la resistencia a la insulina están relacionados con
CÁNCER Y CARDIOPATÍAS.
Otro conocido de nuestra biología es el FACTOR DE CRECIMIENTO INSULÍNICO IGF1 (hormona de crecimiento más insulina) este señalizador interviene en el crecimiento y la longevidad, niveles elevados permiten la reparación de heridas o la reproducción, pero en edad avanzada los niveles elevados producen el efecto negativo de contribuir al cáncer y a la muerte temprana. Curiosamente los individuos con Síndrome de Laron tienen pequeña estatura, son más longevos y saludables, además, son prácticamente inmunes al cáncer y a la diabetes (los individuos con esta mutación carecen de IGF1 y son muy sensibles a la insulina).
Valter Longo ha investigado que una de las
claves de la salud y la longevidad pasa por bajar la influencia de la IGF1 como
a los portadores de la mutación de Laron, de nuevo la dieta y el ayuno son una
buena forma de conseguirlo. El mercado farmacéutico ya cuenta con un fármaco
que puede inactivar la IGF1 en adultos, pero de momento su uso esta reservado
para la acromegalia.
Está claro
que La vía mTOR es una señalizadora de la presencia de nutrientes en la sangre,
sobre todo de aminoácidos y proteínas, se puede REDUCIR su actividad a través
de la reducción de proteína animal de la alimentación y un mayor consumo de la vegetal
(0,8 g. de proteínas por kilo de peso corporal, y algo más a partir de los 70
años y en los deportistas), quizás el efecto depresor del ayuno sobre mTOR se
deba a la reducción de las proteínas y no tanto a la reducción calórica. Esto mantendría
alta nuestra capacidad de reparación y autofagia alejando el cáncer y otras
enfermedades. El EJERCICIO de intensidad siempre adecuado a cada persona
particular es una buena manera de regular la mTOR. Los rapalogos naturales que
a continuación se mencionan pueden regular a la baja la m TOR, son polifenoles defensivos
producidos por las plantas al ser sometidas a estrés.
Por último,
la AMPK (proteína quinasa activada) está ligada a las vías de crecimiento por
ser un INDICADOR INVERSO de energía (como el piloto de la gasolina de un coche),
se activa cundo no hay combustible. Se sabe que favorece la captación de
glucosa por parte de las células musculares incrementando el número de mitocondrias.
Se puede controlar al alza, lo que estaría indicando caudales bajos de energía (engañando
así a las células), mediante un consumo MENOR DE CALORÍAS TOTALES, con lo que
bajaría el caudal energético haciendo subir la AMPK con el subsiguiente
veneficio para la salud y la longevidad.
Como ya hemos mencionado, los científicos buscan moléculas que puedan IMITAR O MIMETIZAR las condiciones del ayuno engañando a los señalizadores de nutrientes para que crean que hay escasez de estos, con ello se impulsa la autofagia y al tiempo se puede influir favorablemente en otros mecanismos de reparación y rejuvenecimiento. Buen ejemplo de moléculas RAPALOGOS son: el resveratrol, el té verde, la cúrcuma, la berberina, el ajo, chocolate, la capsaicina de los pimientos etc.
Seguramente son muchos más los polifenoles que tengan estas
virtudes. Sin duda la mayor sorpresa ha sido el estudio TAME que en la
actualidad trata de confirmar que el medicamento llamado METFORMINA (extraído
de las lilas francesas) tiene el poder de imitar las condiciones del ayuno por activación
de la AMPK, con el subsiguiente beneficio para la longevidad. Tal vez también
influya la metformina reduciendo la presencia de la TOR pues se ha evidenciado
que los pacientes que toman este medicamento para controlar la diabetes II tienen
un riesgo MENOR de cáncer y viven más que los que no la toman. Por todo ello tenemos
delante el que podría convertirse en el primer medicamento antienvejecimiento
viable dado sus escasos y leves efectos secundarios, además resulta muy barato
de producir (medicamento de los esenciales para la OMS).
EN RESUMEN: si
activamos los mecanismos de supervivencia de nuestras células EN AUSENCIA DE
ADVERSIDAD REAL, es decir en ausencia de escasez de alimento o estrés físico (a
esto se le llama hormesis), estaremos caminando por la senda de la longevidad y
la prolongación de nuestra vida.
La CONTENCIÓN
del consumo de proteína animal con generoso aporte de grasas buenas, limitar el
azúcar, relegar harina y cereales en lo posible, limitar las calorías totales
moderadamente, hacer una dieta de
restricción horaria (ayuno intermitente y ayuno prolongado), esperar unas horas
después de cenar para ir a la cama, propiciar un sueño reparador, pasear durante
las horas de sol, alejarse del sillón, practicar ejercicios intensos,
levantarse con frecuencia del asiento por la menos 90 segundos cada vez, son los
mejores hábitos.
La autofagia solo se da durante el ayuno, Longo
recomienda un mínimo de doce horas de ayuno diario, no se olvide que un simple
bocado de proteína rompe la autofagia pues activa mTOR. El ejercicio intenso o de
fuerza también estimula la autofagia y mantiene baja a mTOR. El frío y la sauna
de infrarrojo cercano son estrategias seguras que completan nuestro arsenal de
medidas para mantener la longevidad y combatir el envejecimiento, que a su vez
es la mejor manera de evitar la enfermedad y alargar la vida en adultos sanos.
Larga vida
saludable para todos es el objetivo de la ciencia actualmente, ¡comencemos ya!
Juan Carlos Fernández
Salamanca.