Por una de esas paradojas de la vida, el cardiólogo John
Warner presidente de la Asociación
Americana del Corazón sufrió un ataque
cardíaco a los 52 años de edad
mientras daba una conferencia
sobre salud. Para muchos de sus colegas
no conformes con la llamada “DIETA CARDIOSALUDABLE” ni con los consejos de la Asociación Americana
del Corazón (AAC o AHA), este suceso ocurrido hace algo más de un año, podría
ser recordado como “otra historia de una muerte anunciada”, aunque
afortunadamente este no fuera el
caso, pues el doctor Warner pudo salvar
su vida gracias a una clásica
angioplastia de urgencia y la colocación de un stent. Al igual que muchos profesionales y
científicos, el famoso cardiólogo de Nueva York Williams Davis reprocha a
la Asociación Americana del Corazón que no sea ciertamente cardiosaludable la llamada
CARDIO-DIETA.
Textualmente el doctor Davis escribió: “Si ignora usted los disparates que
recomienda la AAC con certeza podrá ganar control sobre su riesgo
cardiovascular, pues no encontrará las
respuestas en ninguno de sus consejos, aprendí estas lecciones al ejercer como
cardiólogo intervencionista y luego abandonar esta ridícula manera de tratar la
enfermedad coronaria para dedicar mis esfuerzos a la prevención y detección
temprana… me decidí a escribir al doctor
Warner mientras se recuperaba de su ataque cardíaco…
Doctor Warner: hay varias razones
por las que fracasa el modelo de atención coronario, pero la primera es que somos prisioneros de la obsoleta pero
rentable hipótesis sobre los lípidos (las grasas). Gracias a la abundancia de
información sabemos que las pequeñas partículas de LDL (colesterol malo)
propensas a la oxidación y a la
glicación (reacción entre la glucosa
y las proteínas) son altamente
aterogénicas (responsables de crear aterosclerosis), son poderosos
desencadenantes de la inflamación en cascada
y en muchas personas (por su genotipo)
esta reacción se activa al consumir la AMILOPECTINA TIPO A
contenida principalmente en el trigo, por cierto, el alimento que la AAC recomienda para
complementar la alimentación, o también con el azúcar...Espero que ahora que esta enfermedad le ha alcanzado
personalmente, se le abran los ojos ante las políticas corruptas y absurdas de la atención coronaria
convencional y de la AAC. Es también absurdo y simplista pensar que las
estatinas (pastillas para el colesterol) son suficientes para prevenir
los accidentes coronarios. No hay medicamentos para tratar a muchos de
los contribuyentes de la aterogénesis
coronaria, pero hay muchas otras
estrategias libres de medicamentos para identificar y corregir tales causas”.
Recuerdo al lector que los facultativos hablan de
ateroesclerosis para referirse a la
enfermedad de los vasos grandes taponados y arterioesclerosis para la
enfermedad general de los vasos pequeños
que se endurecen. Según asegura Gary Taubes, uno de los más reputados autores
en periodismo científico de los EEUU, “la Asociación Americana del Corazón
excluyó toda evidencia contraria después de una meticulosa selección de la
información referente a las grasas saturadas. La ciencia nutricional ha logrado
avances y valiosos estudios que han
DESMENTIDO firmemente la hipótesis de que las grasas saturadas producen
enfermedades del corazón”.
El doctor Davis a su vez sugiere que las primeras medidas a
tomar (por ser la esencia del problema) para prevenir y tratar las enfermedades
cardiovasculares (ECV) son, en primer lugar, evitar los alimentos que provocan
la RESISTENCIA A LA INSULINA, la glicación y la formación de pequeñas y densas
partículas de colesterol LDL (EL TRIGO Y EL AZÚCAR SON LOS MÁS PELIGROSOS EN
ESTE SENTIDO Y LOS MÁS CONSUMIDOS POR LA
POBLACIÓN). En segundo lugar, eliminar las grasas dañinas recomendadas por la
AAC, como son MARGARINA VEGETAL y
ACEITES VEGETALES POLIINSATURADOS.
Este modo de pensar es el que corresponde a una
parte importante de los científicos y profesionales investigadores sin
conflictos de interés que intentan cambiar el paradigma vigente desde una posición independiente
de las asociaciones científicas y sus protocolos oficiales.
Una vez se toma consciencia de las
medidas enumeradas anteriormente por el doctor Davis, es importante además asegurarnos de consumir abundantes
POLIFENOLES ya que han demostrado ser preventivos de la ECV,
estos forman el grupo de fitoquímicos
bioactivos no calóricos más
extensos existentes en el reino vegetal (se conocen más de 8.000 de ellos), si
bien son muy necesarios para las plantas
no lo son menos para los humanos ya que son protectores de la función del endotelio que es la capa de
células que tapiza el interior de las arterias.
Por ejemplo, los polifenoles se oponen a la formación de pequeños miomas
de la pared muscular de las arterias cuya presencia disminuye el calibre de las
arterias propiciando su oclusión, son a
la vez antitrombóticos,
antiinflamatorios (disminuyen la PCR) y
ejercen control sobre la proliferación celular en general,
peculiaridad esta última muy
interesante también en la prevención del cáncer. Por ejemplo, la epigalocatequina contenida en el té verde (que induce a la
apoptosis o suicidio de las células
cancerosas), o el reveratrol contenido
en la uva, han demostrado disminuir el riesgo CV en un 37% y el derrame cerebral en un 29%. En 1937
estas singulares moléculas que dan color a todos los vegetales, fueron bautizadas como vitamina P (de permeabilidad) puesto que
mejoran la permeabilidad capilar, se encuentran asociados a la vitamina C aumentando la absorción de esta y potenciando
sus funciones. Los polifenoles
han demostrado en un estudio realizado en Barcelona que pueden aumentar
muy significativamente la longevidad de
las personas mayores de 65 años, por tanto se sabe bastante de su implicación
en la protección de la salud y en concreto en la prevención de las ECV. La
Dieta Mediterránea (que entre otras
muchas buenas cualidades, es muy rica en alimentos que contienen
polifenoles como son las frutas, los
frutos secos, las verduras,
legumbres, especias, aceite de oliva, chocolate, vinos, té verde,
café) ha determinado mediante grandes estudios de población como Predimet o Pedimet
Plus (este último todavía en curso) que disminuye un 30% el riesgo de infarto,
un 49% el riesgo de ACV, un 40% de disminución en el riesgo de
diabetes y un 66% en el de problemas circulatorios. En otro
estudio italiano presentado en 2016 en el Congreso de la Sociedad Europea de
Cardiología, la dieta mediterránea
reportó una disminución del RIESGO DE MUERTE en pacientes cardíacos de
un 37 % (el uso de estatinas lo hizo solo un 24% SEGÚN DATO DE LOS PROPIOS
FABRICANTES).
Por tanto seguir la DIETA MEDITERRÁNEA
correctamente es LA MEJOR RECOMENDACIÓN
para prevenir las ECV o bajar la
tensión arterial, sin olvidar la probada
utilidad complementaria que a este respecto
nos ofrecen LOS SUPLEMENTOS ALIMENTICIOS tales como los ácidos grasos OMEGA 3 (idealmente de aceite
de krill), la VITAMINA C (entre 500mg y
1000mg/día) o el MAGNESIO (entre 200 y 300mg/día).
Por último es imperioso mantener
niveles elevados en sangre de VITAMINA D todo el año PUES REDUCE UN 50% EL
RIESGO DE ENFERMEDAD CARDÍACA Y OFRECE UN 100% más de posibilidad de
recuperación si ya la padece. Dado que esta vitamina potencia la fuerza del músculo cardíaco,
habría que pensar en la gran cantidad de personas con insuficiencia cardíaca que
se beneficiarían con esta sencilla y económica medida, ¡claro, ya sé!, no lo
habían oído antes. Para conseguirlo se
necesita tomar comprimidos de vitamina D3 durante el OTOÑO e INVIERNO,
probablemente será suficiente para la mayoría de las personas con un comprimido de 5.000
unidades al día pero necesitará
un control analítico para saber si tiene bastante con esta
dosis, pues se trata de mantener, COMO MÍNIMO,
una cifra de 40
o 50mcg/ml de vitamina D en sangre. De esta forma sus “baterías”
estarán cargadas saludablemente todo el año pues el sol de otoño e invierno no
es capaz de producir provitamina D en nuestra piel. Idealmente la vitamina
D3 se presenta comercialmente( de venta
libre) asociada a una dosis de vitamina k2 en el mismo comprimido ya que es primordial para desprender el calcio que se ha pegado a las arterias y
conducirlo hasta el hueso. La calcificación de las arterias es un
proceso muy perjudicial que contribuye tanto a la rigidez de estas como a su taponamiento. Según se desprende
de un estudio, con solo 45mcg/día de
vitamina K2 disminuye un 57% el riesgo de morir por enfermedad
cardiovascular. EL MAGNESIO completa con
la K2 las labores de “descalcificación”
y contribuye además a mejorar los niveles de colesterol, pero puede hacer muchísimo más por nuestra
salud (¡no consuma nunca vitamina D2 como
suplemento!, se trata de la
vitamina D3). Para la primavera y el verano es imprescindible exponer al sol
amplias zonas del cuerpo sin protección solar varias veces a la semana
(bastaran 20 minutos durante las horas
centrales del día), de esta forma
podremos prescindir de los comprimidos de vitamina D3 y obtendremos mayores beneficios (obtenga la
suficiente K2 de los quesos curados y los vegetales fermentados como el NATO de
soja). Tenga en cuenta que los adultos de más edad pierden buena parte de su
capacidad para producir pro-vitamina D en la piel.
Es igualmente
importante para su salud cardiovascular (y general) NO consumir bebidas
ni alimentos azucarados ni edulcorados light, observando un límite de consumo
de azúcar añadido en 20 gramos al día. Tenga en cuenta que el pan, sea integral o no, tiene el índice
glicémico mayor que el azúcar aunque sea
de una excelente calidad artesanal, por
tanto durante su digestión se convierte rápidamente en glucosa, debemos
evitar las subidas frecuentes de glucosa
en sangre para prevenir picos elevados
de insulina.
No se debe
olvidar añadir a esta” infalible”
fórmula preventiva las suficientes horas de sueño reparador, procure cenar lo antes posible para que trascurran como mínimo DOS O TRES
HORAS desde que cena hasta que se acuesta, esto a la vez le dará la oportunidad de hacer más horas de ayuno si
lo desea. Dejar transcurrir de 12 o
13 horas (o más) hasta tomar la primera comida del día es muy saludable pues activa el “modo combustión de las grasas acumuladas”, impulsa
la salud de las mitocondrias, regula además
la autofagia y la mitofagia, funciones todas ellas que NO
pueden realizarse adecuadamente sin las horas de ayuno necesarias.
Para completar el programa se debe andar y
ejercitarse a diario, practicar
geo-terapia a menudo (poner los pies descalzos u otras zonas del cuerpo en
contacto con la tierra, arena o césped se llama earthing), no permanecer
sentado mucho tiempo y levantarse con
frecuencia para evitar el sedentarismo activo que es otro nuevo factor
de riego independiente para las ECV (para una amplia información ir al capítulo
anterior sobre ECV 1ª parte con el título ¿Por qué Iker Casillas ha sufrido un infarto de
corazón? o el anterior titulado La Guía de Salud 5x20 cuida de ti tanto como
del sistema público sanitario).He
adelantado los cuidados preventivos y los buenos consejos al inicio del
articulo para aquellos lectores que por impaciencia o falta de tiempo les
cuesta llegar al final del texto para completar toda la información necesaria,
en ciertos asuntos cuesta más que en otros ser breve si se desea dar una
información global.
Tanto la doctora Sanjoy Ghosh bióloga de la Universidad British
Columbia como el doctor Frances Sladek
toxicólogo y profesor de biología celular de la UC Riverside, han estudiado muy a fondo las grasas
poliinsaturadas contenidas en los aceites vegetales, algunas de las conclusiones con las que coincidieron
en sus investigaciones son que las mitocondrias (nuestros hornos de
energía celular) no pueden usar fácilmente estas grasas como combustible debido
a su estructura molecular única, esto haría que se comportaran como toxinas de
difícil eliminación que al acumularse en los tejidos y en el hígado pueden
provocar la muerte celular. De otro lado
La doctora Cate Shanahan, autora divulgadora, asegura que mientras que la AAC afirma que las GRASAS
SATURADAS contribuyen a la inflamación, provocan placa arterial y ataques
cardíacos, NO HAY NINGUNA EXPLICACIÓN BIOQUÍMICA VIABLE para tal argumento,
pues son grasas MUY ESTABLES que no reaccionan fácilmente con el oxígeno (al
contrario que las grasas poliinsaturadas), “NO HASTA QUE SE MODIFIQUEN LAS
LEYES FUNDAMENTALES DEL UNIVERSO (afirma Shanahan). Nuestro cuerpo necesita algo de esas grasas
poliinsaturadas procedentes de las nueces o del salmón (por ejemplo), pero no
aceites refinados bloqueados y desodorizados,
molecularmente destrozados (que se comportan como toxinas) que nuestras
células no pueden asimilar”.
Las ECV son la primera causa de
muerte en los países desarrollados, se cobró 17,5 millones de vidas en 2005 y
20 millones en 2015, ¡ya sé,
de algo hay que morir!, pero cuanto más tarde mejor. Las tasas de
mortalidad por esta enfermedad vienen aumentando desde los últimos 50 años, en las primeras
décadas del siglo pasado una persona en los EEUU consumía una media de 1 libra
al año de aceites vegetales, a mediados de siglo la cifra ascendió a 50 libras
y en el año 2000 la cifra se calculó en
75 libras, si esto es dañino la cantidad ES MUY PREOCUPANTE.
Consideremos ahora por otra parte
que los 3 principales ácidos grasos
SATURADOS (las grasas saturadas animales) son el ácido ESTEÁRICO, el
ácido PALMÍTICO y el ácido LÁURICO. El
esteárico se encuentra en el cacao y en las grasas animales, no influye en los
niveles de colesterol y de hecho el hígado lo convierte en ácido OLÉICO (como
el aceite de oliva o del aguacate) ¡nada
de peligro! Los otros dos, palmítico y
láurico incrementan el colesterol
total pero como aumentan el colesterol bueno tanto o más que el malo, realmente
acaban disminuyendo el riesgo de enfermedad cardíaca (además las partículas de colesterol LDL o colesterol malo que
aumentaran son de las grandes, poco
densas y esponjosas que limpian la paredes arteriales, por tanto nada es tan
malo). ¿Por qué iban a ser malas las
grasas saturadas si LA MITAD de las
contenidas en la LECHE MATERNA lo son?
Sin embargo las grasas trans
(presentes en la margarina vegetal) y las que resultan del calentamiento de los
aceites vegetales o los precocinados (grasas hidrogenadas), aumentan de hecho
la RESISTENCIA A LA INSULINA y generan enfermedad cardiaca y diabetes. Los
alimentos tan demonizados como los QUESOS GRASOS resulta ahora que son anticancerígenos porque
contienen ESPERMINA y son además protectores cardiovasculares, las grasas
lácteas no están relacionadas con mayor riesgo cardíaco, ¿entonces, por qué
desnatar la leche o el queso?
Los huevos que por su contenido
en colesterol fueron prohibidos, resulta que son un alimento excepcional
rico en antioxidantes y lecitina
que se puede consumir a diario, ¡suben el colesterol bueno! No olvidemos el
pescado azul que por su contenido en grasa era otro alimento a evitar, mientras
que ahora se sabe que es una buena grasa imprescindible para la salud
cardiovascular, la misma suerte corrieron
los frutos secos por ser muy calóricos, ahora se les ha rehabilitado por su fuerte contenido
en diversos nutrientes y buenas grasas
omega3 ¡JUSTAMENTE SE PROHIBIERON
LAS MEJORES GRASAS Y LOS ALIMENTOS MÁS
NUTRITIVOS!
El PAN Y LA PASTA , los cereales en
general, pierden importancia en la dieta
pues producen obesidad y diabetes (somos muy sedentarios y por lo tanto estos
alimentos deben ser esporádicos, no diarios) sin embargo, a pesar de todo no
hay quien los borre de la base de la pirámide alimentaria, por cierto que a los
participantes del estudio PREDIMET PLUS sobre dieta mediterránea actualmente en
curso, no se les permite el consumo de
estos alimentos, el acento se pone en el
consumo de aceite de oliva virgen,
frutos secos, pescado azul, legumbres, verduras
y frutas principalmente. Espacio aparte merecen los controvertidos
TRIGLICÉRIDOS DE CADENA MEDIA contenidos abundantemente en el aceite de coco,
son actualmente muy demandados y al
igual que los omega tres se comercializan también en forma aislada para el
consumo como suplemento
alimenticio, o incluso como base grasa en NUTRICIONES HOSPITALARIAS
DE USO INTRAVENOSO. Al diseñar un estudio para verificar los beneficios de los
ácidos grasos omega 3, un grupo de
personas control debía consumir una grasa placebo que en este caso fueron los
triglicéridos de cadena media, el otro grupo a estudio consumió verdaderamente omega3. No se observaron los
beneficios esperados por la superioridad conocida de los ácidos grasos omega
3, aunque a la vista del resultado, se
especuló con la hipótesis de que los triglicéridos de cadena media también
serían buenos protectores cardiovasculares que debieron eclipsar el esperado
resultado positivo de los ácidos grasos
omega 3. Propongo algunas excelentes referencias de consulta como son
las publicaciones de las nutricionistas
Natalia Olivares y Miriam Nieto pues son dos jóvenes y prometedoras
profesionales muy bien informadas que realizan
un interesante servicio público de divulgación en nuestro país con temas
tan candentes como los que acabo de referirles. No quiero decir menos del
también nutricionista Aitor Sánchez por
los mismos motivos, ni olvido a nuestro
premiado cirujano y digestólogo
el doctor cartagenero Álvaro Campillo
por su esfuerzo educador y
docente, siempre crítico y muy
documentado.
Un estudio publicado en British
Medical Journal asegura que tras haber
revisado más de 70 estudios no se encontró ninguna relación entre el consumo
elevado de grasa alimentaria saturada y las enfermedades cardíacas, mientras
que sí se encontró conexión entre el consumo de grasas TRANS y la muerte por enfermedad
cardíaca que se incrementó en un 28%. A muchos facultativos en la actualidad
les gusta hacer referencia a estudios
que muestran que reducir las grasas saturadas puede disminuir sus niveles de
colesterol LDL (colesterol malo), sin embargo,
en este punto hay confusión también. Los términos LDL y HDL se refieren a lipoproteínas, es
decir, proteínas que transportan el colesterol por la sangre, de otro modo el
colesterol no podría discurrir ya que es
una grasa mientras que la sangre es un medio acuoso, el colesterol NO ESTÁ FLOTANDO EN LA SANGRE COMO
GOTAS DE GRASA EN LA SOPA. El LDL es una lipoproteína de baja densidad que
lleva colesterol a las células como un camión de reparto, mientras que el HDL
(colesterol bueno) es una lipoproteína de alta densidad que lleva de vuelta al
hígado el colesterol usado para su
reciclado, como los camiones de la basura. En realidad se necesitan los dos por
lo que NO HAY NI BUENO NI MALO. El colesterol HDL está relacionado con un menor riesgo de enfermedad cardíaca (por
eso se requiere que esté por encima de 50 en varones y de 40 en mujeres,
¡cuanto más mejor!) por tanto medir el colesterol total es inútil para calcular
dicho riesgo. El doctor Richard Passwater
afamado autor y experto en nutrición, asegura que la cifra de colesterol
total predice su riesgo cardiovascular tanto como la talla de su sombrero (es
decir, nada). Puede ocurrir que su cifra de colesterol sea alto pero también su
cifra de HDL, lo más probable es que esto indique MENOR RIESGO y no mayor. Por otra
parte hay un tipo de partículas GRANDES Y ESPONJOSAS DE LDL que limpian las arterias a su paso y no deben ser
consideradas de riesgo. Consumir grasas saturadas en realidad podría
transformar el segundo grupo de pequeñas
y densas partículas de LDL (perjudiciales) en otras más grandes y esponjosas
que no dañan las arterias. Como ejemplo, el cardiólogo Stephen Sinatra de los
EEUU recomienda una forma de vitamina B3
(NIACINA) para transformar dichas pequeñas partículas en grandes, opcionalmente
contamos también con EL OMEGA 3, la
PANTETINA (una forma de vitamina B5) y la vitamina C para regular el colesterol y los
triglicéridos, ¡seguro que es la primera vez que lo lee!
Las personas con altas cifras de partículas
pequeñas densas de LDL tienen TRES VECES MÁS
riesgo de ECV que las personas con altos niveles de partículas grandes
esponjosas de LDL, pues las primeras pueden quedar incrustadas en las paredes de las arterias y se oxidan
con facilidad. Estas pequeñas partículas son las que se incrementan en número
al consumir principalmente alimentos derivados del trigo o azúcar añadido, como
ya se ha dicho.
Para más complicación la cifra de LDL que
usted ve en su analítica no es su cifra real, sino lo que se llama “colesterol calculado” (mediante una
fórmula matemática), ni tampoco discrimina entre partículas grandes o pequeñas,
solo con un LIPOPERFIL NMR podrá obtener estos importantes datos, cosa que no
será fácil que pueda conseguir todavía en la actualidad. Un adecuado aporte de vitamina C CONTROLA LA PROLIFERACIÓN DE LIPOPROTEINAS
QUE PEGAN EL COLESTEROL A LAS ARTERIAS,
y puesto que estas partículas de
colesterol acabarán oxidándose, la
capacidad antioxidante de la vitamina C es crucial y muy beneficiosa también en
este caso. El equipo de investigación del doctor alemán Matthias
Rath junto al premio Novel
Linus Pauling publicaron un artículo a este respecto en
1990 en la revista médica The Proceeding
of the National Academy of
Sciences. Lo urgente, explican estos científicos, es evitar el
debilitamiento de las paredes arteriales (causa principal del problema) junto a
los demás factores intervinientes en esa
progresiva y multifactorial
enfermedad que es la
ateroesclerosis, el colesterol es un actor secundario en esta historia.
Todo esto explica por qué fracasa la DIETA DEL CORAZÓN Y LAS
RECOMENDACIONES DE LA AAC. En 2013 se publicó en la revista médica más
importante de Europa, la British Medical Journal, que evitar las grasas
saturadas en realidad promueve tener una SALUD DEFICIENTE de varias formas. El
autor del estudio fue el cardiólogo británico Assen Malhotra, un referenciado
especialista en cardiología intervencionista del Hospital Universitario de
Croydon en Londres, él explica que si
bajamos el consumo de grasas saturadas lo que puede bajar son las partículas
llamadas lipoproteínas del tipo A de
LDL, cuando las perjudiciales son las de tipo B de LDL QUE AUMENTAN CON EL CONSUMO HIDRATOS
DE CARBONO (particularmente trigo y azúcar añadido cada vez más consumidos en
todos los países). Malhotra asegura que
los estudios de cohorte no han sustentado NINGUNA RELACIÓN SIGNIFICATIVA entre
el consumo de grasas saturadas y el riesgo cardiovascular, en lugar de ello si
se ha descubierto que las grasas saturadas son agentes protectores. Lo que si
tiene real importancia en el riesgo cardiovascular es LA RESISTENCIA A LA
INSULINA, asegura también este experto,
que nos invita a poner la atención en
estos interesantes datos: llegando A LA
EDAD DE 60 AÑOS, CUANTO MAS COLESTEROL
LDL TENGA, TAMBIÉN TENDRA MENOR PROBABILIDAD DE MORIR, ADEMAS, DOS TERCIOS DE LOS HOSPITALIZADOS POR UN
INFARTO TENEN LA CIFRA DE COLESTEROL “NORMAL”.
Llegado a este punto, para entender
este desaguisado tenemos que
hacer un poco de historia y retroceder a 1955 cuando el presidente Eisenhower
sufrió un infarto de corazón y su médico
aseguró que había que evitar las grasas además del tabaco, pues era un gran fumador (YA SABEMOS QUE EL
TABACO HACE SUBIR EL COLESTEROL ENTRE OTROS PROBLEMAS CIRCULATORIOS GRAVES).
Los gobernantes querían
saber la causa de los taponamientos que
estaban causando aquella hola de
infartos en los EEUU, por aquel momento el
fisiólogo Ancel keys
tenía en sus manos la llave de la investigación en Salud Pública pues
afirmaba que el causante era la grasa saturada que aumentaba los niveles de
colesterol (hoy día hemos sabido que la industria azucarera estaba detrás del
desprestigio de las grasas para tapar el efecto nocivo del azúcar en esta
enfermedad). No esperaba keys la investigación llevada a cabo por parte del doctor John Gofman en los años 50
sobre las sub-fracciones del colesterol HDL y LDL.
Keys
junto al doctor español Francisco
Grande Covián hicieron
investigaciones con el aceite de oliva virgen (grasa mono-insaturada omega 9)
llegando a la conclusión de que subía la fracción de colesterol bueno,
centrando entonces toda su atención en
las grasas saturadas. Tras conocerse ambos
doctores durante un viaje de
Keys por España y otros países europeos,
Grande se trasladó para trabajar junto a él a los EEUU. Los esfuerzos de
Keys con la inestimable colaboración de su esposa (experta
bioquímica) se focalizaron en la hipótesis de que el colesterol LDL subía con
el consumo de grasas saturadas y esto taponaba las arterias provocando
infartos. Tanto la AAC como el Ministerio de Agricultura hicieron suyas también
estas teorías UNIENDO CIENCIA Y
POLÍTICA, este fue el comienzo de esta nefasta
historia.
Se alzaron voces como la del
doctor Darius Mozaffarian de la
Universidad de Harvard que dijo: los expertos deben focalizarse en los hidratos
de carbono no en las grasas. También el investigador italiano Alessandro
Menotti revisó las investigaciones de Keys y se dio cuenta que el alimento que
más se relaciona con los problemas cardiacos es EL AZÚCAR y no la grasa .En los
años 60 se empieza a eliminar las grasas saturadas y los industriales empiezan
a utilizar grasas hidrogenadas trans para sus productos (margarinas vegetales).
Más tarde el investigador británico John Yudkin en los años 70 ya aseguró que
el azúcar es el mayor peligro para la salud y la empresa azucarera empieza una
campaña para popularizar las bondades de sus productos. En los comicios de los
80 en los EEUU se publican los criterios para reducir las grasas saturadas y
bajar los niveles de colesterol en sangre coincidiendo con la salida al mercado
de los primeros alimentos light. En los años 90 el doctor Ronald krauss,
un reputado científico médico que inusualmente atendía además pacientes
en consulta, declaró que el LDL TOTAL NO
ERA UN FACTOR IMPORTANTE DE RIESGO CARDIOVASCULAR , SE DIO CUENTA QUE LAS
PARTICULAS PEQUEÑAS DE LDL PODIAN
SER PELIGROSAS PARA LA SALUD CV.
Krauss investigó que las grasas
saturadas aumentaban la “fracción buena” del colesterol LDL de partículas
grandes, mientras que los hidratos de
carbono aumentaban las pequeñas partículas de LDL. En 1990 los riesgos de las
grasas trans añadidas a los alimentos comenzaban a superar los que se suponía
que tenían las grasas saturadas, ¡de risa!, un estudio holandés publicado en el
New England Journal of Medicine así lo confirma. En 1993 la OMS recomienda
reducir la ingesta de aceite vegetal hidrogenado por su efecto sobre el
colesterol. Muerto el doctor John Yudkin en 1995, el primer beligerante contra
el azúcar, los niños se quedan “sin defensor” ante el avance imparable de los
alimentos azucarados y golosinas, hoy día puede ver una gama completa de
golosinas hasta en los almacenes de
ropa, estratégicamente colgados junto a la caja de salida, para que los niños
no dejen de pedir sus golosinas a sus papis. En 2009 el endocrino pediatra
doctor Robert Lustig, experto en obesidad infantil, asegura que es la
FRUCTOSA contenida en el azúcar de caña,
remolacha o maíz, no la grasa, la responsable de la epidemia de obesidad
infantil y enfermedades cardiovasculares de los países desarrollados. También
son importantes los estudios científicos que hace en este mismo aspecto el
doctor Richard Johnson que descubre como la FRUCTOSA desencadena procesos metabólicos y hormonales
que provocan obesidad y diabetes.
Finalmente la Academia Americana de Nutrición hizo un debate sobre las grasas
en 2010.
¡Pues bien! ya sabemos que hay una FRACCIÓN
BUENA del colesterol malo (LDL), que son partículas grandes y que aumentan con
las grasas saturadas y una fracción muy mala de partículas pequeñas de dicho
colesterol que aumenta con el trigo y el
azúcar principalmente. Así nos lo explica el pediatra aragonés, experto en
nutrición y gastroenterología, Jorge
García-Dihinx Villanueva un doctor que hace un gran esfuerzo
divulgador en los medios para clarificar este
tema de las grasas saturadas y el
colesterol.
Por tanto no sirve de nada saber
si tengo más o menos colesterol LDL pues no discrimina entre fracción buena o
mala ni tampoco es la cifra real pues ya sabemos que es “calculada” o
presuntamente aproximada. En 2013 la FDA ya no cree que las grasas TRANS sean
seguras (margarinas). Posteriormente en 2014 llega bienvenida la publicación en
la revista Time con el nombre de: Eat Butter Scientist Labeled Fat the
Energy,Why They Were Wrong. En este artículo se argumenta que el consumo de
grasas saturadas animales como la leche o la mantequilla no están directamente
relacionados con enfermedades del corazón.
Un escándalo saltó hace pocos
años al terreno científico en EEUU cuando
Chistopher Ramsden miembro de los Institutos Nacionales de Salud
encontró en un archivo datos básicos de
un estudio no publicado realizado hace
40 años que desafiaba el dogma de que consumir grasas vegetales en vez de
animales era bueno para el corazón. El estudio fue finalmente publicado en la
British Medical Journal por dicho autor
y sus colegas, destacando en las
conclusiones que “el ocultamiento de ensayos clínicos puede socavar la verdad”.
Merece la pena describir el estudio pues se trataba del más grande y riguroso
en su clase que conocemos, fue realizado entre 1968 hasta 1973 con 1.423
participantes desde 20 a 97 años todos residentes de hospitales mentales del
estado y hogares de ancianos por lo que el control de las comidas era preciso y
detallado. Los participantes se dividieron en dos grupos, el primero recibió
18,5% de grasas saturadas de origen animal y un 5% de grasa insaturada. El
segundo recibió un 9% de grasa saturada y un13% de grasa insaturada. En el 2º
grupo el colesterol bajó un promedio de un 14% después de un año pero NO SE
TRADUJO EN MAYOR SALUD O LONGEVIDAD COMO SE ESPERABA. Lo que sí se demostró es
que cuanto menor es el nivel de colesterol, mayor es el riesgo de morir, por cada
30 puntos porcentuales de colesterol total, hubo una probabilidad de morir un
22% mayor. El grupo de mayores de 65 años, el grupo que consumió aceite vegetal
experimentó un 15% más de muertes en comparación con el grupo de grasas
animales. Las autopsias encontraron que ambos grupos tenían niveles similares
de placa arterial pero el 41% alimentado con grasa vegetal mostró señales de
haber padecido al menos 1 ataque cardíaco en comparación con el otro grupo que solo las padeció la mitad de las veces
,un 22%.
Volvamos un minuto al estudio de
Keys, los críticos analistas aseguran
que con los datos de 22 países se podía
sacar cualquier hipótesis. Francia y Suiza FUERON SACADOS DEL ESTUDIO POR
CONSUMIR MUCHA GRASA Y TENER BAJA TASA DE ENFERMEDADES CARDIVASCULARES, España
no participó del estudio aunque luego
hemos abanderado como nadie la dieta mediterránea con la que Keys y su esposa
bautizaron el modelo alimentario de los países ribereños del mediterráneo.
CUALQUIER DATO INCONGRUENTE CON LO ESPERADO ERA DESCALIFICADO POR KEYS
COMO ALGO “IRRELEVANTE”, SE QUEDÓ
FINALMENTE CON LOS 6 PAÍSES QUE
SUSTENTABAN SU TEORÍA.
Además
de los estudios de Keys se han
hecho y analizado otros importantes estudios como el de OSLO 1968, ESTUDIO DE
VETERANOS L.A 1969, ENSAYO DEL ACEITE DE SOJA LONDRES 1968, ENSAYO DE
INTERVENCIÓN SOBRE MÚLTIPLES FACTORES DE RIESGO (MRFIT) DE LOS EEUU patrocinado
por el Instituto Nacional del Corazón, LIPID RESEARCH 1980, HELSINKI HEART
STUDY 1980. A la vista de todos ellos no hay motivo de peso para recomendar la
sustitución de las grasas saturadas por grasas vegetales, entre otras cosas
porque hay ensayos donde se producen más muertes por causas ajenas a la
enfermedad cardíaca en los consumidores de grasas vegetales (cosa que ya hemos
visto antes). En fin, ¿puede la cardio-dieta o los consejos de la AAC darle la
posibilidad de vivir más?, a la vista de los estudios de que se dispone sería
más bien lo contrario, ¡viviría menos! El doctor Mark Hyman director del centro
clínico de Cleveland para la medicina funcional afirma que durante 35 años nos
han dicho que comamos bajas cantidades de grasa y el resultado es que la hemos
cambiado por hidratos de carbono y azúcares lo cual explica la explosión de las
enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes (amplía información en el anterior artículo titulado
Una velada Ecuación Azúcar + Trigo = Diabesidad + Farmanegocio). La periodista
de investigación científica Nina Teicholz
afirma que las recomendaciones de la AAC van en contra de la
actualización científica y es fruto de su devoción por unas creencias que han
difundido durante años, a la vez la
AAC ES PRESA DE LA FINANCIACIÓN
DE LAS INDUSTRIAS INTERESADAS. La investigadora también se ha percatado que
cuando los investigadores retrocedieron y analizaron los datos originales del
estudio Keys (clave e inicio de este
embrollo) encontraron que las enfermedades cardíacas estaban relacionadas con el consumo de azúcar y no
con la grasa como afirmaba Keys.
Una anecdótica y curiosa
paradoja, si traduce al castellano la palabra keys encontrará los resultados: clave, llave,
principal, neurálgico o también
manipulador (¡mera casualidad!).
A pesar de todo lo expuesto, hoy
día prevalece el dogma de que reducir las grasas puede reducir el colesterol
LDL y con ello reducir el riesgo cardiovascular. De otro lado se ha
generalizado la opción oficial de reducir el colesterol con fármacos como la
alternativa segura para reducir el
riesgo, en algunos ámbitos se les llama medicamentos de “estilo de vida”.
Sin embargo, puede estar seguro que la manera real de
valorar su riesgo es medir el tamaño de
su cintura cuidándose de no exceder de 100 centímetros de diámetro si es varón o 90 las señoras (esto es más
importante que el índice de masa
corporal o el porcentaje de masa grasa), analizar su insulina y su glucemia en ayunas
(en ambos casos los valores más bajos dentro del rango de la normalidad son los
más saludables), mantener la tensión arterial
por debajo de 130/80, mantener bajos los triglicéridos y alto el
colesterol HDL, en suma se trata de no incurrir en EL SÍNDROME METABÓLICO
(ampliar información en anterior artículo con el nombre de Conozca y Plántele
Cara al Peligroso Síndrome Metabólico). Por último divida sus triglicéridos
entre su cifra de colesterol bueno HDL, no más de 2 es
ideal. Si hace la correcta dieta mediterránea tradicional
(valorando la oportunidad de incluir los
suplementos alimenticios antedichos)
junto a las recomendaciones de actividad física, puede estar todo lo
tranquilo que se puede estar pues ¡NO HAY RIESGO CERO!
No deje de poner atención a la
3ª PARTE DE LAS ECV pues solo con
la visión global de las tres se pueden comprender las causas de esta epidemia que es primera causa de muerte en la
sociedad actual. Va dedicada en su totalidad al objetivo de advertirle sobre el uso de las ESTATINAS, una
intervención farmacológica peligrosa
que se ha impuesto con carácter general
para reducir el riesgo
cardiovascular, incluso cuando las
cifras de colesterol se mantienen
dentro de los “rangos oficiales”
de la normalidad.
¡Por el cambio de paradigma!
Juan Carlos Fernández Salamanca |