sábado, 29 de abril de 2023

Ni se crea ni se destruye, se recicla.




 El encabezamiento se parece mucho a la llamada ley de la conservación de la energía, pero en realidad me refiero al NAD, una coenzima cuya presencia es imprescindible en el metabolismo energético celular y en la reparación del ADN, apenas 30 segundos bastarían para morir sin el suministro de este prodigioso cofactor de la vitalidad. Hace más de tres décadas el cardiólogo estadounidense R. Atkins, famoso divulgador de la medicina integrativa, llamaba al NAD “la quinta esencia de los vita-nutrientes”, pero no son muchos los lectores que han leído sobre las enzimas y menos de ésta en particular. Según explica el doctor James W. Clement, profesor de la Universidad De California, al cumplir los 50 años de edad los seres humanos disponemos sólo de la mitad de NAD que a los 20, y al cumplir los 80 casi no nos queda nada“esto afectará a su capacidad de reparación del ADN, pude ver como esta acumulación de ADN dañado en cada célula es uno de los factores de las morbilidades relacionadas con el envejecimiento: enfermedades cardiacas, alzhéimer o cáncer”.

 Es un hecho que a medida que vamos cumpliendo años nuestro ADN se daña más y necesitamos más NAD para repararlo, pero la cantidad disponible de este combustible desafortunadamente va en descenso, en consecuencia, perdemos intensidad en los mecanismos de reparación celular y por supuesto nos vamos desvitalizando  paulatinamente, un problema y un reto para los estudiosos del rejuvenecimiento.




Las siglas NAD corresponden a Dinucleótido de Nicotianamina Adenina. El NAD no está contenido en los alimentos así pues tenemos dos opciones de abastecimiento celular, la primera de ellas es la fabricación propiamente dicha (llamada Síntesis de Novo) que es un proceso muy ineficaz que puede partir tanto del aminoácido triptófano como de la niacina contenidos en los alimentos (la vitamina  B3 se la llama indistintamente niacina o acido nicotínico); por consiguiente la alternativa eficiente  obligada es  obtener el grueso del suministro de NAD mediante el  reciclado de la NIACINAMIDA denominada indistintamente NICOTINAMIDA (la forma amidada de niacina), última molécula resultante  de la descomposición del  NAD ya gastado. En palabras de los expertos LA TASA DE SÍNTESIS DE NAD+ ESTÁ DETERMINADA EN GRAN MEDIDA POR EL PRIMER PASO EN LA VÍA DE RESCATE QUE CONVIERTE LA NICOTINAMIDA EN MONONUCLEÓTIDO DE NICOTINAMIDA cuyas siglas son NMN (como paso final, el mononucleótido de nicotianamina se convertirá en NAD, dinucleótido de nicotianamina adenina, cerrando el ciclo de reciclaje). A este proceso me he querido referir con el título de este artículo.



 El NAD+ es la forma oxidada y NADH es la forma reducida (con un átomo más de hidrógeno) ambas se van alternando continuamente para actuar como dador o receptor de electrones de hidrogeno que es otra de sus importantes funciones, es decir, servir de antioxidante en el preciso lugar donde se produce la energía (donde hay oxidación). Esta cualidad fue descrita en 1936 por el Premio Novel Otto Hesinrich Wartburg, aunque fuera el también Premio Novel Hansvon Euler-Chaplin quien identificara el NAD en 1905. Posteriormente en 1949 Morris Friedkin y Albert L. Lehninger demostraron su implicación en la producción de energía (vinculándolo al Círculo de Krebs).


A finales de la década de 1990 cuando se creía saber todo acerca del NAD, el doctor australiano David Sinclair se trasladó a EEUU para trabajar en el MIT con el célebre genetista estadounidense Leonard Garante, allí se produjo un singular descubrimiento que ha hecho famoso al doctor Sinclair; resultó que el NAD sirve de combustible para siete enzimas llamadas sirtuinas que se encargan de la longevidad y la conservación celular. Cuando el investigador identificó estos genes de la longevidad los enumeró del uno al siete como SIRT1, SIRT2 etc.  En palabras del doctor: “todas las células del cuerpo las tienen (sirtuinas), son reguladores epigenéticos que están en lo más alto de la cadena de sistemas de control celular, controlan la reproducción celular y la reparación del ADN”. Las sirtuinas y el NAD están desde entonces en el punto de mira de la investigación sobre envejecimiento pues el declive de las sirtuinas y NAD está relacionado con el desarrollo de enfermedades del envejecimiento como el alzhéimer, diabetes, osteoporosis, cáncer y enfermedades cardiovasculares. Mediante la estimulación de las mitocondrias, hornillos de la energía celular, las sirtuinas combaten la atrofia muscular; además estas proteínas son capaces de silenciar la inflamación crónica hiperactiva que puede desencadenar arteriosclerosis, colitis ulcerosa, artritis o asma.


Alimentos ricos en sirtuinas


Las sirtuinas son bioenzimas muy virtuosas que tienen que ver, nada menos, con la regulación del envejecimiento y la protección de los telómeros, inciden además en el metabolismo ayudando a la pérdida de peso y a la reducción del LDL. En cuanto al crecimiento celular, las sirtuinas están involucradas en la autofagia, los ritmos circadianos y la muerte celular programada. Hay otras proteínas señalizadoras que responden al NAD y que realizan funciones reparadoras del ADN, éstas reciben el nombre de PARP (hay un sin número de agresiones continuas al ADN de orden interno o externo, por tanto, es vital contar con diversos mecanismos de defensa y reparación en permanente actividad).

 Es conocida la fascinante teoría de Sinclair sobre el principal problema del envejecimiento que él llama “la perdida de información epigenética”, por su trabajo en investigación es considerado como una de las 100 personas más influyentes en el mundo según la revista Time y, está entre las “50 mejores personas que se dedican a la atención médica”.   El genetista se refiere así a su teoría: “toda la información genética de nuestras células permanece ahí a medida que envejecemos, pero nuestro cuerpo pierde la capacidad de interpretarla, es como un DVD rallado; las sirtuinas son las encargadas de decirle a las células renales (por ejemplo) que actúen como células renales”.

Estos siete genes no son los únicos genes de la longevidad, hay otros de vital importancia como son la mTOR y la AMPK (información en el artículo en red titulado Los gigantes de Pascua guardaron un gran tesoro).



¿Por qué esperar?, para las personas “maduras” ha llegado el momento de
plantearse como aumentar sus niveles de NAD (estimulando a la vez las labores de reparación y rejuvenecimiento de las sirtuinas), para ello nadie mejor que la doctora Nichola Conlon, bióloga molecular experta en investigación de moléculas capaces de mejorar el ciclo de salud y mecanismos subyacentes de envejecimiento. La doctora Conlon, que es CEO y fundadora de una compañía de nutraceúticos potenciadores del NAD en el Reino Unido, ha manifestado que: “es frustrante que el conocimiento científico permanezca a veces como en una burbuja durante diez o veinte años, y se proceda con tanta lentitud para crear tratamientos que den beneficio a la salud de las personas”. La doctora está convencida de que el mejor precursor del NAD (que puede hacer aumentar el NAD) es la NIACINAMIDA (una forma amidada de la vitamina B3 también llamada, como ya sabemos, nicotinamida). En primer lugar, la doctora establece con mucha lógica, que si el ciclo de reciclado del NAD requiere una materia prima que es la nicotianamina, entonces lo más importante sería evitar que ésta escaseara, impulsando así el proceso. Después entra en juego la enzima NAMPT que se activa cuando falta alimento (o se realiza cierto tipo de ejercicio) y es la encargada de controlar la síntesis del NAD a partir de la niacinamida, desgraciadamente ésta encima también declina con la edad. Dicho de otra forma, sin la presencia de la enzima NAMPT el NAD no podría reciclarse, ya que el NAMPT es el limitante de la producción del NAD (Estudios publicados en The Journal of Nutritonal Biochemistry). La controversia, según explica la doctora Conlon, está en que la encimaNMNAT1-3 que convierte el NMN en NAD, NO ES LA LIMITANTE, sino que es la mencionada NAMPT. Tomar NMN (un precursor bastante caro que utilizan otros investigadores como Davis Sinclair) no produciría tantos beneficios como la niacinamida en pequeñas dosis, sin olvidar activar la NAMPT.

 

NAD---------(se descompone en) NIACINAMIDA--------------NAMPT (limita la velocidad de reciclado como cuello de botella) ------NMN---------NMAT1-3 (hace posible la conversión sin limitación) -----------NAD+ (la nueva enzima ya ensamblada).

 

Casi todas las personas pueden aumentar un 30% sus niveles de NAD, con una dosis de niacinamida no mayor de 2.5mg/kilo de peso y día (en este caso tomar mucha no es mejor sino al contrario).


Para elevar la encima NAMPT tenemos que practicar ejercicio, ayuno intermitente y restricción calórica; con estas prácticas podemos agrandar el cuello de botella que facilite el reciclado de más cantidad de NAD.

La niacinamida ha demostrado ser un precursor NAD para diversas patologías como por ejemplo el cáncer de piel ya que este último ofrece protección ultravioleta (Pub Med mayo 2013, autor Divita Surjana).

 Modernamente se añade niacinamida con mucha asiduidad a las cremas faciales por ser un excelente antienvejecimiento de las células epiteliales.

 Aumentar el NAD a través de sus precursores puede retrasar y prevenir deterioros funcionales y enfermedades relacionadas con la edad; comentaré a continuación algunos estudios en este sentido.

*Pub Med mayo 2022.  Su autor Mahmoud Abdellatif concluyó que el aumento del NAD mediante precursores reducen la inflamación crónica de bajo grado, reactiva la autofagia y biogénesis mitocondrial, y potencia el metabolismo de las células vasculares en humanos, por tanto, el NAD ha surgido como potencial objetivo para combatir los trastornos cardiovasculares y cerebrovasculares relacionados con la edad.

*Pub Med 29 noviembre 2021. El mismo autor anterior publica que la suplementación con precursores NAD tienen amplios efectos sobre la salud metabólica y las enfermedades asociadas a la edad, las reservas disminuyen con el envejecimiento, la obesidad o la hipertensión. La reposición del NAD extiende la vida útil, evita el SÍNDROME METABÓLICO, y reduce la tensión arterial, adicionalmente mejora las miocardiopatías por todas las causas incluida la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección conservada.

*Pub Med 10 febrero 2021 del autor anterior. La insuficiencia cardíaca con factor de eyección preservado asociada a disfunción diastólica, se asocia con una deficiencia cardíaca de NAD. La elevación de NAD mediante NICOTINAMIDA mejora la disfunción en ratones y en humanos la ingesta alta de precursores NAD se asoció con menor mortalidad cardíaca y disminución de la tensión arterial.

*Pub Med 2020 Kenneth Maiese.  NICOTINAMIDA: supervisión de la disfunción metabólica a través de los genes Sirt1, m TOR y Clock.

*Pub Med 2009, 09 septiembre, el mismo autor anterior.


LA NICOTINAMIDA: TRADUCIENDO LA NUTRICIÓN EN ATENCIÓN CLÍNICA.  Durante los trastornos que incluyen la disfunción del sistema inmunitario, la diabetes y enfermedades del envejecimiento la nicotinamida es un citoprotector sólido.

*Pub Med julio2015 autor George Rennie. En humanos y animales, éste metaanálisis realza las virtudes de la nicotinamida, como precursor del NAD, puede ser beneficiosa para preservar mejor la función cognitiva. Se justifican estudios de intervención con suplementos nicotinamida en humanos. La nicotinamida no es tóxica, es económica y está ampliamente disponible.

Otro asunto importante que ocupa a los investigadores son las moléculas bioactivas segregadas por los vegetales cuando se ven estresados por sequías, parasitaciones u otras circunstancias, dichas moléculas tienen la virtud de simular las condiciones de la restricción calórica en las células humanas. Se trata de polifenoles vegetales pueden engañar a las células humanas para que se pongan en modo reparación y autoprotección. El más popular es el RESVERATROL que es capaz de estimular la sirtuina SIRT1 mimetizando los efectos de la mencionada restricción calórica, interesante por su potencial antienvejecimiento. El resveratrol puede presumir de un elevado grado de investigación desde hace 30 años en muy diversos aspectos de la salud, y aunque se ha constatado que se absorbe bien por el tracto digestivo, no se han disipado las dudas en cuanto a su posterior biodisponibilidad, no obstante, las buenas expectativas creadas por los buenos resultados experimentales en animales y en el laboratorio, han hecho florecer el consumo de este suplemento alimenticio.



El doctor Sinclair ha hecho pública su receta para mantener su juventud (en tanto no se establezcan opciones definitivas), es un destacado investigador que toma acción. La doctora Nichola Conlon, que también tiene su propio suplemento nutricional para aumentar el NAD, es otro destacado ejemplo, pero hay un vasto número de expertos trabajando con sus programas de suplementación nutricional y sus rutinas dietéticas. Tras ellos hay una legión de seguidores en todo el mundo que quiere responsabilizarse de sí mismos y que son punta de lanza de un cambio de paradigma que ya está aquí. Año en año irán saliendo suplementos, medicamentos y descubrimientos con asombrosa rapidez, ¡hay que estar atentos! En lo personal, para mejorar mi NAD   soy fiel consumidor de un suplemento de fabricación española que combina 100 mg de nicotinamida con 500 mg de transreverestrol, entre otros componentes. Como dice la doctora Conlon no se pueden demorar tanto las acciones (sobre todo los que ya somos mayores hoy día).

Seguro que hay polifenoles, flavonoides vegetales y otras moléculas que por diversos mecanismos mejoran nuestra longevidad, muchos están en nuestra dieta mediterránea: azafrán, canela, cacao, aceite de oliva virgen, té verde, perejil, fisetina (fresas), quercetina y muchas especias más (la espermidina del queso curado).

En espera de una cura para la vejez, que es el objetivo actual de muchos científicos y del nuevo código de la OMS, lo sensato es empezar con un plan de acción parcial sin perder más tiempo, con intervenciones seguras que la ciencia ya nos ha brindado, para ello busque el mejor asesoramiento, ¡la pasividad no es una opción!     

                                                   Juan Carlos Fernández Salamanca